Bajo en calorías y lleno de vitaminas: Compuesto por 92% de agua, el espárrago proporciona solo 20 Kcal / 100 g, lo que lo convierte en un excelente aliado para las dietas. Contiene muchas vitaminas (C, V, E, PP y K) y es rico en antioxidantes: es el vegetal antienvejecimiento.
Acción diurética: El espárrago es un diurético natural. Promueve la eliminación de toxinas, permite la eliminación del exceso de sal en los tejidos y ayuda a los riñones a purificarse. El consumo de espárragos permite incluso la evacuación natural de los cálculos urinarios.
Virtudes de drenaje: Un vegetal fibroso, el espárrago tiene propiedades de drenaje que permiten que los intestinos se eliminen. Su riqueza en inulina es beneficiosa para el sistema digestivo. Promueve la salud y el buen funcionamiento de nuestros intestinos. Los espárragos, al optimizar el tránsito intestinal, contribuyen al fortalecimiento del sistema inmunitario. Su jugo, laxante natural, es un muy buen remedio contra el estreñimiento.
Ayuda al desarrollo fetal: el espárrago contiene ácido fólico o vitamina B9 en gran proporción. Esta vitamina participa en la fabricación de células del cuerpo y glóbulos rojos. Desempeña un papel importante en la producción de material genético, así como en el funcionamiento de los sistemas nervioso e inmune. Su consumo es muy recomendable en mujeres embarazadas. Permite el buen desarrollo del feto desde los primeros días de embarazo.
Contra el cáncer: La vitamina B9 también ayuda a prevenir el cáncer de pulmón, colon o útero. El espárrago contiene pigmentos carotenoides como betacaroteno, luteína, zeaxantina y capsantina. Algunas investigaciones han demostrado que consumir alimentos ricos en carotenoides reducirá el riesgo de contraer ciertos tipos de cáncer. La saponina contenida en este vegetal acentúa esta virtud gracias a sus efectos tóxicos en ciertas células cancerosas humanas.
Previene enfermedades cardiovasculares: los espárragos ayudan a prevenir varias dolencias. El ácido fólico ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales. Su consumo disminuye el nivel de homocisteína en la sangre, una sustancia perjudicial para nuestras arterias.
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